Quichicientos papelitos de colores (que dicen lo mismo) siguen aún sin encontrar su destino. Su autor, pareciera, ensaya una y otra vez su caligrafía. En esos papelitos pueden leerse dos líneas: una contiene una dirección y la otra un número. Todo apunta a lo mismo. Todos buscamos lo mismo.
Encontrar el lugar, la persona perfecta, etcétera. Lástima que todos somos simples mortales, imperfectos que no se cansan de esforzarse por la perfección, los ideales, etcétera.
Podés ser feliz, tantas personas que hay en el mundo, mas necesitás sólo una para lograrlo.
Saludos, nos vemos la próxima…
2 comentarios:
Me gustó mucho esta reflexión... Aunque para mi gusto, le hubiese puesto tres puntos suspensivos en vez de el "etcétera"... los puntos le permiten al lector completar a su antojo... y "volar"!! jajaja
Kary Vera
Digamos que yo soy demasiado fanático de los puntos suspensivos, lo podrás ver seguramente en otras de las entradas del blog... en este mismo instante también, jaja.
Hay veces que uno quiere probar nuevas cosas, sumergirse y ver qué es lo que sale...
Gracias por comentar.
Besos
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