En mí país, en este momento es:

kostenlose uhren relojes blogs

INFORMACIÓN DE VISITAS A ESTE BLOG:

miércoles, 26 de enero de 2011

Si tú ves a la felicidad

A continuación algo que escribí hace un tiempo y no en el mejor momento.

 

Si tú ves a la felicidad

Si tú ves a la felicidad pregúntale si ella se olvido de mí
que hace mucho tiempo ella ya no me visita como antes
que mis días ayer eran de colores, y hoy son blanco y negro.

Si tú ves a la felicidad dile que yo la extraño
que ya no puedo ver las estrellas como antes
que mis horas se han vuelto duras y eternas.

Si tú ves a la felicidad dile que yo no la olvide
y que sigo vivo por el recuerdo de su ultima visita
que la extraño como nunca y que la necesito.

Si tú ves a la felicidad por favor entrégale a ella este mensaje
tal vez se acuerde de mí, quizás ella quiera volverme a ver
Ella sabe dónde encontrarme y yo siempre la estaré esperando.

 

Saludos y hasta el próximo “encuentro”…

domingo, 2 de enero de 2011

Consumismo no es felicidad

¡Hola!

Primero, antes que nada, ¡feliz año nuevo para todos!

Confieso que el texto que sigue más abajo siempre tuve ganas de postearlo, pero nunca lo hice. Lo escribí el 01/08/09 a eso de las 02:02 AM según el archivo de Word donde lo tengo guardado. Es demasiado básico para mi gusto, traté cientos de veces de perfeccionarlo (¡maldito perfeccionismo!) pero nunca lo conseguí, en esencia, refleja mi visión sobre la tecnología a pesar de ser yo mismo un tecnófilo.

Hace algún tiempo quise sentirme feliz entonces fui hasta la parada del colectivo, a esperar alguno que me llevase al shopping. En el shopping había de todo, claro a cambio de una suma de dinero.

Entré a uno de los locales, más específicamente a uno de esos que comercializan productos tecnológicos porque me fascinan tales dispositivos. Y compré uno que no recuerdo qué era ni vale la pena aclarar qué era, sólo es importante destacar que este nuevo producto simplificaría uno o varios aspectos de mi vida.

Contento casi feliz, salí del local rumbo a esperar nuevamente el autobús para regresar a mi casa, en donde yo para probaría el nuevo aparatito.

Cuando llego a mi casa, leo el manual de instrucciones y empiezo a manipular mi nuevo dispositivo. Y en un punto, como con todas las cosas, llego al tope o límite y fin de las prestaciones del aparato, entonces apareció una sensación (o sentimiento) de vacío, la misma que me llevó hasta el shopping a querer comprármelo bajo la excusa de sentirme un poco más “feliz”.


Conclusiones y preguntas inmediatas que surgen:

“Consumismo no es felicidad”. ¿Hace falta tener todo lo que tenemos? ¿Podrías vivir con la mitad de accesorios con la que contás al día de hoy? ¿Cuántas veces nos desahogamos comprando artículos que no hacen más que aislarnos más del mundo?

“Cada vez llegamos más lejos moviéndonos menos”. ¿Es bueno esto? ¿Hasta qué punto?


Saludos, hasta la próxima.